9.8.12

Casa de citas. Alejandro Dolina habla de la magia de la radio


Revisando librerías de saldo me encontré con un libro del periodista de rock Sergio Marchi dedicó a uno de sus amores: la radio. Para los que nos formamos con ese medio y amamos el lenguaje radial, la recorrida que plasma Marchi en Cinta Testigo es la de los protagonistas de la radio en Argentina en los últimos cuarenta años. En primera persona desfilan entre otros entrevistas a Lalo Mir, a Vernacci, a la Mancuso, a Cerasuolo y muchos otros más. Todo matizado por anécdotas personales de Marchi como oyente y como protagonista de la radio argentina.
Es una lástima que el libro no sea más publicitado y que haya ido a parar a los saldos pero es altamente recomendable para los que les interesa la historia de este medio o para los que quieran aprender de los que hacen la radio.

En Cinta testigo hay una entrevista a Dolina que se despacha contra lo que algunos llaman "la magia de la radio". De ahí viene esta cita.

"¿Magia de la radio? Algunos creen que es una magia que consiste en la percepción incompleta del fenómeno artístico. Suele decirse que como uno no ve lo que está sucediendo, entonces se lo imagina mejor de lo que es. Esto admite muy serios reparos. Llevar este pensamiento a su expresión más completa equivaldría a decir que el mejor hecho artístico sería cuya percepción es nula, porque entonces la imaginación podía cubri no sólo un tramo del hecho sino todo el hecho. Entonces ya que nos gusta oir a una persona pero no verla, podríamos mejorar esta ilusión y acrecentar la magia apagando la radio, ya que la radio apagada sería el summun de esta magia y la magia sería completa. Cuando uno dice que hay que dejar que el lector, que el espectador o que el oyente completen con su imaginación el hecho artístico, está diciendo lo siguiente: está diciendo que es necesario, como pedía Coleridge, interrumpir la incredulidad y ponerse en etado de fe poética, pero no está diciendo que el oyente tiene que escribir el tercer ato. No está diciendo eso; eso es tenerle mucha fe al oyente. Pedir que el oyente suplante a Shakespeare es pedirle mucho. Lo que sí creo es que todos los géneros tienden a convertir las dificultades de su percepción en una virtud expresiva. Por ejemplo, el teatro: como no puede presentar escenarios naturales, como no puede cambiar la escenografía instantáneamente, como no nos puede dar una persecución en el sentido cinematográfico, apela a una serie de trucos que son el idioma, pero también las elipsis. Y crecen unos recursos teatrales de extraordinario efecto, que si no fuera por la dificultad de poner una historia que ha sucedido en distintos lugars en ese rectángulo, no habrían florecido. Con la radio lo mismo; la radio es un caso de ausencia imperfecta. Estamos pero no estamos. Está solamente nuestra voz, y esa que es al principio una dificultad viene a ser el disparador de extraordinarias ideas que incluso no funcionarían en un escenario y no funcionarían si lo viéramos, o funcionarían peor. Eso sí, admito, puede ser la magia de la radio, como existe la magia del teatro, e incluso hasta la magia del cinematógrafo, que tampoco tiene un poder ilimitado. Y también las dificultades del cine se convierten en disparadores de un lenguaje cinematográfico mucho más rico y sugerente y lleno de elipsis, pero también de metáforas, de metonimias y de reemplazos y de sustituciones, que después de todo son el arte"

Marchi, Sergio. Cinta testigo. Ed. Sudamericana, 2002

1 comentario:

Gustavo Rosas dijo...

Lo que dice Dolina, como suele ser en general cuando habla en serio, es acertado, claro y didáctico. No es poco dado que es solo una cita que has elegido del libro, es decir: está muy bien elegida y se agradece. Lo agradezco como oyente de radio, como amateur en la factura de un programa de radio, como oyente de Dolina y, muy especialmente, como músico. Gracias.