31.7.14

Buenos Aires no duerme, Caballeros de la Quema, 1997

Lugar Ciudad de Buenos Aires, Año 1997.
El sueño del primer mundo está en crisis ya hace un tiempo. En la Ciudad de Buenos Aires un De la Rúa que sueña con recorrer los cien pasos que hay entre su despacho y esa casa pintada de color rosado. Le dicen aburrido pero eso va a ser lo más liviano que le digan. Lo que va a pasar después cuando tenga que salir entre muertos y saqueos en helicóptero es imposible pensar para los votantes de la ciudad que buscan la imagen de un político supuestamente austero frente de la fiesta menemista.
Al frente de la secretaría de la cultura colocó a Darío Loperfido. Dicen que a instancias de sus hijos que le presentaron a este muchacho que mezcla las palabras modernos e instaura la idea de "gente" para referirse a los ciudadanos. Admira la forma en que los madrileños procesaron la explosión cultural de la apertura democrática y el rol del Estado en generar propuestas, todo con un libro de Toni Puig bajo el brazo. Falta para que llegue Shakira a su vida pero ya tiene, dicen, un curriculum importante de periodistas y músicos. Una de las propuestas que rescata Loperfido del modelo español es Buenos Aires no duerme un festival de cultura joven que se instala en el Centro Municipal de Exposiciones y que dura toda la noche. Todo un símbolo en épocas en que, uno a uno mediante, la cocaína es barata.
El festival es un gran escenario para el ingreso oficial del rock barrial todavía no devenido en clones de Pity con bandas como Los Caballeros de la Quema liderados por Ivan Noble, profugo de la carrera de sociología, lector impenitente de la Cerdos y de Bukowski. Aunque ya cultiva los versos a lo Sabina de barrio las letras muestran que hay algo podrido en Dinamarca y acá. A partir de Manos Vacías el primer disco la lirica se llena del barrio, de los pibes, de las historias marginales, del aguante, de aburrimiento y de perros. (No debe haber animal más rocker que el perro) Todavía queda lejos su paso por el clan Ortega, bañarse todos los días, ser sex simbol y demás.
Nos queda un personaje más en la historia. Recién instalado en la ciudad desde el conurbano bonaerense deambulo por todos los lugares que puedo tratando de absorber y absorber. No soy un adolescente, ya cumplí los treinta pero mi principal tradición cultural es el rock, a mí tampoco me gustaba dormir de noche en esa época. (Hoy esto lo escribo a las ocho de la mañana y no por seguir de largo)
Lo que vino después se adivina en las grietas de lo contado aunque forma parte de otra historia. Este video, joyita, descubierto hoy, merece ser compartido aunque sea dentro de este tropel de recuerdos.