1.7.08

Historias mínimas: Con peso encima...

Ella armó las valijas un martes por la mañana. Y se fue. Al mediodía me mandó un mensaje de texto al celular: te odio, adios. Yo quise suponer que decía odio a Dios, en definitiva nunca fue buena para las mayúsculas y la sintaxis así que seguí tomando en el bar de la estación.
Por la tarde mientras hacía honor a las masitas en una confitería de Balvanera me acordé de su sonrisa. Al salir compré un paquete de galletitas en el kiosco. Hacía calor y la gente se amontonaba en el subte. ¿Adónde va la gente? A sus casas, a disfrutar en sus cuevas de la seguridad cotidiana. Me sentí triste y tiré el paquete a las vías.
Una formación del subte le pasó por encima, no dejó ni las migas. Pensé que los subtes no dejarían ningún hueso sano. Y entonces me acordé de las valijas de ella. Esa manía de andar con peso encima....

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