16.7.13

Felices los niños (especial vacaciones) la historia de "El niño que llora"


Seguramente lo viste en alguna casa. Las reproducciones se hacian y se hacen por miles. Se transforma en un simbolo de la inocencia infantil aunque en la historia detrás del cuadro falta mucha inocencia. Una historia de locura, violencia e irracionalidad.

El famoso cuadro es conocido popularmente como “El niño que llora”, y muestra el triste e inocente rostro de un niño rubiecito haciendo un pucherito, llorando. Fue pintado por el pintor italiano Bruno Amadio, un artista que nació en Venecia en 1911 y fue conocido posteriormente por su seudónimo de Giovanni Bragolin.

Hay una historia detrás de este pintor bastante particular. Tras simpatizar con el fascismo de Mussolini y pelear como soldado en la Segunda Guerra Mundial, se marchó a España, lugar donde se radicó. Aprovechando sus estudios de artes de plásticas, Amadio comenzó a utilizar el seudónimo de Giovanni Bragolin para firmar sus cuadros, especialmente sus 27 retratos de “los niños llorones”, que muestran imágenes de niños y niñas en primer plano en cara y busto, los cuáles los muestran con un gesto triste y grandes y visibles lágrimas escurriéndoles por las mejillas. Los cuadros se comercializaron ampliamente por numerosos países del mundo, sobre todo a partir de las décadas del 70’ y 80’.

Paralelamente a su expansión, comenzó a tejerse una leyenda negra con respecto a estas pinturas, pues se aseguraba que las mismas traían desgracias a quienes las poseían. Bragolin, frustrado por su nula fama como artista, el pintor habría hecho un pacto con el demonio para que sus pinturas alcanzaran celebridad. Otros, en tanto, aseguraban que el artista era un pederasta que abusaba sexualmente de niños pequeños y después los pintaba llorando. Aunque en otro sentido, Bragolin se había transformado en un pintor "maldito"

Las calamidades y la mala suerte siguen con respecto al famoso cuadro del niño que llora: se dice que era el retrato de un niño que vivía en un orfanato. Bragolin habría regalado el cuadro a la misma institución pero, al poco tiempo, habría ocurrido un voraz incendio en el lugar que acabó con la vida de todos los menores. El cuadro, increíblemente, no habría sufrido daño alguno. De ahí que algunos sostengan que el espíritu del niño quedo atrapado en la pintura. Desde entonces, se dice que quienes poseen el cuadro sufren desgracias y muertes, pues el cuadro estaría maldito.

El cuadro también acarreaba otras historias. Unos aseguraban que cuando se descolgaba el cuadro, inexplicablemente detrás de él aparecían gusanos. Otros que, invirtiendo el cuadro a la hora de medianoche, se podía hacer un pacto con el mismísimo diablo. Lo único verificable, en todo caso, es que si el cuadro se gira en 90 grados, a la derecha, es posible ver a una especie de figura monstruosa que aparece devorando al pequeño, lo que demostraría el supuesto carácter maléfico de la pintura.

Mito o verdad, si están pensando en regalarme un cuadrito de estos ni lo sueñen, siempre me parecieron verdaderamente feos y ahora, horribles. Para saber más googleen Cuadros malditos.

No hay comentarios.: