31.1.09

Volveremos, volveremos

Los últimos tiempos no han sido muy fecundos para El bazar. Puedo justificarme en la temporada estival, en el desgano, en que me han cortado los brazos o cualquier otra excusa que se les ocurra. Probablemente todas tengan algo de cierta, lo cierto es que aquí va un nuevo intento de levantar la cortina de El bazar. Como un Sisifo de barrio suburbano aquí estoy.

¿Qué quién es Sisifo?
Te cuento. Según la mitología griega, Sísifo fue fundador y rey de Corinto. Su genealogía familiar me la guardo, vela si querés en la Wikipedia. Don Sisifo como lo conocían en el barrio de Corinto no las tenía todas consigo, decidido a incrementar la riqueza apeló a recursos ilicitos cuando fue necesario, incluido el asesinato de viajeros y caminantes. Aunque a veces tiraba algún tiro para el lado de la justicia: cuando Tanatos (el Dios de la muerte) vino a buscarle le puso grilletes, por lo que nadie murió hasta que vino Ares a liberarlo.
Otra joyita de Sisifo. Antes de morir le dijo a su esposa que cuando él se marchase no ofreciera el sacrificio habitual a los muertos, así que en el infierno se quejó de que su esposa no estaba cumpliendo con sus deberes, y convenció a Hades para que le permitiese volver al mundo superior y así disuadirla. Pero cuando estuvo de nuevo en Corinto, rehusó volver de forma alguna al inframundo, hasta que allí fue devuelto a la fuerza por Hermes.
Y ahi vino el castigo
Cuando se hizo una distinción entre la almas del infierno, se supuso que Sísifo estaba empujando perpetuamente la piedra cuesta arriba como castigo por alguna ofensa cometida en la Tierra, y se inventaron varias razones para explicarla.En el infierno Sísifo fue obligado a empujar una piedra enorme cuesta arriba por una ladera empinada, pero antes de que alcanzase la cima de la colina la piedra siempre rodaba hacia abajo, y Sísifo tenía que empezar de nuevo desde el principio. Sísifo no quería morir y nunca morirá pero a cambio de un alto precio y no descansará en paz hasta pagarlo.
A pesar de no ser el objetivo el dinero, El Bazar abre y cierra permanentemente y cada tanto me siento un Sisifo del conurbano bonaerense empujando las palabras hasta una cima para dejarlas caer nuevamente y así continuamente.
Me gusta sin embargo este castigo por que los que hacemos cosas con palabras no nos queda otra que recomenzar cada vez.
Y así estamos, bienvenidos a una nueva temporada de El Bazar.
Pd: Para los que dicen que no somos cultos ahí les puse una reproducción de un cuadro de Tiziano ¿qué me cuentan?

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