Mi amigo el Oso Perez, Sisifo de barrio como gusta llamarse, me pasó esta historia minima que habla de la ternura de los niños. Yo aproveché para transcribirla mientras espero que relance su propio blog: www.diariodelperezoso.blogspot.com
Un hombre lleva a su hijo de la mano a ver el río. Los sentidos del niño no pueden abarcar el bello paisaje de flores multicolores, pájaros cantarinos y el agua que fluye cristalina, límpida. Una sonrisa se dibuja en el rostro del niño que embelesado toma la mano de su padre entre las suyas mientras dice "papá esto es maravilloso". El padre asiente mientras el hijo vuelve a repetir una y otra vez la frase al maravillarse extasiado por lo que contempla.. Así continúa durante minutos hasta que al padre las flores lo llenan de polvillo, le parecen demasiado chillones los colores, los cantos de los pájaros se le ocurre un griterío ensordecedor y cree observar que un pez lo mira desde el río y se ríe, valga la cacofonía, de su fastidio. Desesperado y a punto de tener un brote psicótico piensa en suicidarse, pero como una vez asistió a los programas televisivos de Bucay se acordó de un consejo que el psicologo animador daba: "busca el elemento que altera tu armonía" Así que se aproximó al río junto a su hijo que seguía con su letanía y lo tiró dentro. Todo volvió a ser como antes.
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