Rescate de libros de El estante: Punks, La muerte joven de Juan Carlos Kreimer

Hace unos días se publicaba acá en el Bazar un video sobre los orígenes del hardcore y el punk en la Argentina. Los protagonistas, protopunks argentinos hacían mencion a las escasas fuentes de información que tenían de esa cultura, solo lo que traían los viajeros, los avispados y a un libro de un periodista argentino que viajó por Inglaterra en el momento de la explosión punkie. El libro se llamaba Punk, la muerte joven y su autor era Juan Carlos Kreimer, luego editor de Uno Mismo, que vivía en Europa en el momento de la expansión del No future y con ese material hizo las crónicas que se incluyen en esa obra.
La edición de Bruguera circuló casi como un libro de culto durante ese período y el que escribe, que es menor a la generación punk, lo adquirió en una mesa de saldos a mediados de los ochenta. El panorama era bastante distinto del que se retrat allí: Sid Vicius ya se había suicidado, buena parte de los grupos se habían disuelto, otro habían olvidado el punk para volcarse a una carrera más comercial como Billy Idol o el mismo Malcom Mc Laren,  pero el estado de congelamiento en el que nos había metido la dictadura hacía que un fenómeno ya instalado en el mundo (instalado quiere decir entre otras cosas: coptado, parodiado, vivido y militado) fuera en la Argentina una novedad que los medios todavía miraban con curiosidad, hasta ya en 1988 la cinematográfica fast food Aries hizo una película que se llamaba El profesor punk con Jorge Porcel. Entonces, ni que hablar del pobre aspirante a escriba venido de una cultura suburbana más rock, que en esas etapas pre-internet reunía de a pedacitos la información. En ese primer quinquenio de los ochenta lo que parecía pasar era el Expreso Imaginario o la Pelo con esa aura hippie-sinfónico-jazz rock-rock argento. La revista Humor de la mano de Gloria Guerrero había sacado una crítica de un concierto de Los Violadores en el UB y los había tratado muy mal, aquí los chicos malos del barrio adoraban a V8 o a las primeras etapas de Riff en una continuidad de cierto rocanrol setentista y creían que el punk era una moda para tilinguitos de barrio norte. Hasta Charly García pre-moderno los mencionaba en No bombardeen Buenos Aires al hablar de Los pibes de mi barrio se escondieron en los caños/Espían al cielo/Usan cascos, curten mambos/Escuchando a clash.
La llegada de la democracia abrió un nuevo ambiente, aparecen los lugares para tocar Cemento entre ellos y la primera Cerdos y Peces los redimensionó, los sacó del fashion punk, del barrio norte ahora el punk era también música de los que se oponían.
En ese clima de descubrimiento leyó este escriba por primera vez el libro de Kreimer, atesorando cada dato, sintiéndolo muchas veces lejano a la realidad argentina, aquí no había cheque de desempleo (ni planes sociales de ningún tipo), los instrumentos eran caros, los discos importados, pero en ese clima de primavera democrática que empezaba de a poco a marchitar era dificil hacer un coctel Silvio, rock argentino, punk y demás.
Releerlo por estos días para transcribir algunos párrafos acá me lleva a pensar que al igual que con el libro La ética hacker, la mentalidad punk ha trascendido del grupo de origen. Me parece que hay, hubo mucho de forma punk de hacer las cosas, la autogestión y los cambios de mentalidad en todos los ordenes y hasta en muchos aspectos de lo cotidiano me parece que entroncan con la mentalidad punk. "Hacelo vos mismo" en estos tiempos ha dado nuevas  forma periodísticas también y hasta la cultura libre, me animo a teorizar a la apurada son herencia punk. Por otro lado el tiempo ha podido mejorar el libro. Se puede observar además que más allá de los prejuicios que parecen correr a lo largo del libro Kreimer es un muy sagaz cronista que escribe muy bien y de una forma muy ágil,  el resto lo invito a descubrirlo por ustedes mismos.
Esta es la edición de Distal posterior a la que hacemos referencia pero igualmente valida.

Juan Carlos Kreimer - Punk, La Muerte Joven by truerockerazo