15.1.12

Historias mínimas: Niñas educadas


La niña, futura mujer, estaba muy bien aleccionada por su mamá (ella prefería decir educada) y caminaba siempre mirando al piso. Claro, su conducta la ponía salvo de la lujuria de los hombres pero no de los choques frontales con cuanto objeto se pusiera delante en la calle. Fue precisamente una tarde cuando volvía de su clase de francés que en la calle Jean Jaures chocó con algo que no reconoció.
Al recobrarse del topetazo la niña-mujer, que por pudor y para no producir su rubor no le pondremos nombre, perdió la memoria y no pudo encontrar el camino de regreso a casa, a la suya por supuesto.
Hoy la mujer-niña con un un cuello ortopedico que la obliga a tener bien alta la frente atiende en un prostíbulo de la localidad de San Martín. Dicen los que se han refocilado con sus encantos que los hombres no pueden sostener la mirada de la mujer-niña y que el último que lo intentó hoy canta sus penas por monedas en la estación Retiro.
¿Ustedes quieren saber de la madre? Rumia su rabia en el caserón esperando la vuelta de la niña de sus clases de francés sobre la avenida Jean Jaurés. Y de tanto en tanto escucha un disco de Ignacio Corsini que habla de mujeres engañadas pero felices.

No hay comentarios.: