30.1.11

Las ventajas de escribir a mano



"Escribir a mano es como andar a pie. Tiene un encanto limpio y saludable" afirma el escritor Hector Abad Faciolince en una nota reciente. Para luego confesar que escribe primero a mano "y con letra pegada" en libretas para luego pasar en la computadora.
Pero en estos ejercicios aerobicos no está tan solo el colombiano, muchos de sus colegas argentinos también eligen la caminata antes que moverse en máquinas, por lo menos como una forma de primer contacto con las ideas. Ahí está por ejemplo Abelardo Castillo, autor de El que tiene sed entre otros libros, que tiene por costumbre escribir por las noches en cuadernos cuadriculados confeccionados él mismo usando un lápiz (odia los bolígrafos), sobre su escritorio y rodeado de cientos de libros.U na vez que terminó su caminata y cree que el texto está avanzado, lo pasa a la computadora. Sin embargo Castillo bien podría postular a maratonista porque confiesa haber escrito hasta 18 horas seguidas cuando la inspiración lo devora.
Y los ejemplos siguen: Leopoldo Brizuela produce las primeras versiones de sus relatos a mano en desorden utilizando cuadernos y papeles sueltos acumulandolos en su escritorio. Solo cuando el texto ya tiene un esqueleto, lo pasa a la computadora. También Pablo De Santis prefiere trabajar en cuadernos escolares Laprida, Rivadavia o Gloria haciendo primeras versiones de sus trabajos y luego llegar al teclado. Otros escritores como Alan Pauls es sumamente exigente en los instrumentos que usa para tomar las notas, solo lapiceras fuente y no boligrafos, tal como cada uno elige su mejor calzado para caminar.
Estos son solo algunos ejemplos de las formas de trabajo de escritores que eligen la escritura a mano como una forma de relación temprana con sus textos, escribir cuadernos de notas, libretas, papeles sueltos son el equipo para luego pasar a otras herramientas.
En esta época de sobreabundancia de herramientas los periodistas han abandonado el cuaderno de notas por otras herramientas, pero quizás esto no sea del todo bueno. "El medio con el cual escribimos no es neutral. Al escribir a mano, me doy cuenta de que mi imaginación, que es tan escasa, se libera un poco." dice el periodista chileno Pablo Rámirez en una reflexión obligada por el desperfecto de su pc. Si la escritura en computadora da la impresión de agilidad y movilidad para Rámirez esto "Es la paradoja de la abundancia y la comodidad: mientras mayores son las potencialidades y recursos que ofrece el medio, mayor es la pereza y la trivialidad de los resultados. "Copiar" y "pegar" son palabras que le han hecho bastante daño al periodismo, y no menos a la literatura y al pensamiento".
Un anónimo comentarista al pie de su nota le aconseja escribir con martillo y cincel para recuperar la imaginación, la humorada está muy bien, pero es la representación del peso de los instrumentos en la creación. Que se entienda, estamos en una era de la información, si se me permite la obviedad, pero no imagino una biblioteca llena de borradores y notas en notebooks o celulares donde ir a buscar alguna idea, o dejar de legado a la humanidad como si ocurre con numerosos archivos personales que escritores han donado a algunas instituciones.
Además y aunque esté por combrobarse ya son muchos los psicólogos e investigadores que tratan de relacionar escritura con procesos cognitivos, destacando las ventajas de enseñar caligrafía e instalar el hábito de escribir a mano en los niños.
Por mi parte el habito puede confundirse con grafomanía, conservo infinidad de cuadernos, libretas y agendas que tienen proyectos, ideas, sueños, palabras sueltas o pequeños ejercicios de escritura. Por supuesto que solo tienen valor para mí y no dejo de imaginar que irán a la basura una vez que yo no esté como un destino inevitable, pero aún así para los que me preguntan por qué lo hago la respuesta es siempre la misma: escribir es un acto terapeutico, como caminar.

1 comentario:

LigiaLCastilla dijo...

Comparto esta idea: escribir a mano es como caminar, te conecta con tu ser interior.
También escribo a veces a mano cuando tengo una idea que quiero desarrollar.