6.10.08

Dale una mano a Capusotto


Este domingo la revista C de Critica publicó una nota a Diego Capusotto hecha por otro grande Enrique Symns, este es un extracto (se puede leer completa descargandola de la página de Critica)

La masturbación es espléndida, es una sexualidad en sí misma. Y no la veo como un recurso que se utiliza ante la ausencia de otro. Al contrario, puede ser muy peligrosa y hasta impedirte o aralizarte en los encuentros con otro. A mí no me ha pasado de sentir intensidad sexual solo conmigo mismo y mis proyecciones imaginarias. Hay que admitir que la mayor virtud de la paja es su capacidad creativa. Construye escenas que no suelen sucederte en la vida sexual compartida. Muy cada tanto, si hay suerte, te pueden llegar asuceder en algún encuentro. Pero no es lo habitual. Yo nunca abandoné la masturbación. Al contrario. En alguna oportunidad he sentido una especie de culpa, una sensación de que no hay épica. Terminás y te decís: “Puta, yo tendría que haber estado con una mina”
—Que te masturbes y tu mujer lo sepa, ¿no afecta la relación?
—No, para nada. Yo cada tanto sigo armando mis escenas. Ella sabe todo lo mío. Jamás me ha dicho “che, me parece que tenemos que hablar de algo”. La masturbación forma parte del
paisaje natural de la sexualidad. Lo que pasó es que siempre estuvo asociada socialmente con la culpa y la debilidad. Toda la sexualidad está atravesada por los prejuicios. Hay tipos que
si la mina le mete un dedo en el culo se ponen mal porque creen que eso es de putos. Bajo el machismo asumido siempre se esconde un miedo a la homosexualidad reprimida. Hay
prácticas que hoy en día están valorizadas pero que también estuvieron sospechadas. El sexo oral es un ejemplo. Realizarlo es un acto de generosidad sin límites.

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