17.2.14

Patagonia, 1922. La única derrota de los vencedores

El 17 de febrero de 1922 se produjo en San Julián, Santa Cruz, en el contexto del episodio sangriento de la Patagonia Rebelde lo que Osvaldo Bayer llamó "la única derrota de los vencedores". El ejército fusilados que a mansalva asesina peones "alzados" tras una reivindicación de una vida un poco mejor en la desolación patagónica.
Ese ejército cansado de matar decide tomarse un descanso. Cuenta Bayer "... Cumplida la carnicería, el paternal Varela consideró pertinente, para solaz y esparcimiento de sus subordinados, enviarlos de visita a los prostíbulos de la zona. Paulina Rovira, encargada de la casa de tolerancia "La Catalana" en San Julián recibe el aviso. Pero, las cinco pupilas del establecimiento se le rebelan en muestra de solidaridad con los huelguistas y con los masacrados. Llegada la tropa, las mujeres se defienden con palos y escobas y al grito de: "¡Asesinos. Cabrones. No nos acostamos con asesinos!" rechazaron a los soldados."
La historia la cuenta el video que debajo te dejamos. Pero es necesario rescatar a esas cinco mujeres que, como dicen los historiadores, tomaron su cuerpo como campo de batalla y a la metralla del fusil, a la bala asesina contrapusieron palos, escobas para barrer la basura.
La venganza del sistema es cruel, llevadas a la comisaria son detenidas, torturadas y humilladas. Deben abandonar su lugar para radicarse en otros lugares. Algunas incluso con el nombre cambiado. 
Así que vaya el rescate como homenaje a estas mujeres que Bayer detalla a partir de los archivos de la comisaría de San Julián de esos tiempos que las mujeres eran según su filiación policial: Consuelo Garcia, argentina, 29 años, soltera, profesión: pupila del prostíbulo La Catalana; Angela Fortunato, argentina 31 años, argentina, casada, modista, profesión: pupila del prostíbulo; Amalia Rodriguez, 26 años, argentina, soltera, pupila del prostibulo; María Juliache, 28 años, española, soltera, 7 años de residencia en el país, profesión: pupila del prostíbulo y Maud Foster, 31 años, inglesa, con 10 años de residencia en el país, de buena familia, pupila del prostíbulo y Paulina Rovira, la dueña de “La Casa de Tolerancia”. “Los únicos seres que tuvieron la valentía de calificar de «asesinos» a los autores de la peor matanza de obreros de nuestra historia, las personas más humilladas de nuestra sociedad”, citó Bayer. 


La foto que ilustra la nota corresponde a la obra Las putas de San Julián estrenada el año pasado por Ruben Mosquera sobre su propio libro.

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