18.8.13

Casa de Citas: Los medios viven de los relatos que ocultan

Durante una cantidad de tiempo suficiente como para establecer la confusión actual, los medios comerciales de comunicación vivieron gracias a sus relatos de una realidad a la que las audiencias no podían acceder por sí mismas. Esas ciudades invisibles podían tener la forma de la escena de un crimen, el palacio gubernamental o la intimidad de una estrella de rock. La capacidad para acceder a esos mundos y narrarlos de manera atractiva y con precisión construía su relación con el público, que financiaba no sólo esas expediciones al más allá, sino la mirada que sobre ellas le traían. Luego, se comenzó a comercializar esos espacios de charla. Así nació la publicidad.
Resulta relativamente fácil asegurar que esto ya no es así, pero no tan sencillo advertir cuándo comenzó a venderse otra cosa: los medios comerciales de comunicación ya no viven de los relatos que publican, sino de aquellos que ocultan. Su influencia está directamente relacionada con su capacidad de invisibilizar información que sólo comercia entre exclusivos y excluyentes públicos. Este regreso al trono imperial como privilegiada audiencia marca un punto de inflexión en el uso estratégico de la comunicación como forma de eliminar las fronteras entre la sociedad y el mercado, y ha transformado aquello que genéricamente denominábamos "medios masivos de comunicación" en una cosa bien diferente: en medios masivos de formación de opinión. Es decir, en dispositivos de control social. De eso se trata lo que llamamos capitalismo mediático: la construcción de poder basada en controlar, restringir y clasificar los flujos de la información.

Colectivo La Vaca. El fin del periodismo y otras buenas noticias.

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