17.3.12

Sherlock, Holmes vive en el Londres actual



Tuve ocasión de descubrir la serie Sherlock gracias a un colega. Y fui a dar con una miniserie de la televisión inglesa (la BBC) que me hace pensar en cuándo podremos producir cosas así en Argentina. La idea era ubica la obra de Conan Doyle al Londres actual, los guionistas y productores Steven Moffat y Mark Gattis eran fanáticos de su obra y consideraban que las adaptaciones hechas habían sido muy lentas y no habían respetado la idea original del escritor."Las historias de Conan Doyle nunca fueron sobre abrigos y luz entre gas, sino que son sobre deducciones brillantes, con villanos terribles y crímenes sangrientos... y, francamente, al diablo con la crinolina. Otros detectives tienen casos, Sherlock Holmes tiene aventuras y eso es lo que importa" dicen los autores
El viejo personaje estereotipado en el icono del Sherlock de pipa, gorrita y capita (objetos no mencionados en las narraciones originales y agregados por el dibujante de la revista donde se publicaban sus relatos), en línea con nuestro recuerdo de Sábados de super acción, ha sido suplantado por un alto y elegante Holmes, con un toque casi metrosexual, o si me prometen que nadie se ofende, gay. La idea está latente, en los dichos de la casera, obsesionada con ese tema, en la frase de Sherlock en tanto "estoy casado con mi actividad" asegura en el primer capítulo.
Pero el nuevo Sherlock ahora maneja celulares y computadoras, tiene una página en Internet promocionando su actividad de Detective consultor y hasta es adicto al GPS. Por lo demás supersonalidad sigue siendo obsesiva, es arrogante y egoísta. Ha dejado las drogas de lado, la cocaína vieja compañera de unas cuantas obras, para "darse" con parches antinicotina en una concesión creo a los tiempos más políticamente correcto que impone una televisión popular.
Su compañero de cuarta y el narrador de sus historias John Watson es ahora un ex combatiente en Irak dado de baja por herido, frente a cuyas pesadillas su psicóloga le recomiendo abrir un blog, elemento que elige contar los casos de su amigo y compañero en otro caso de utilización de mecanismos modernos. Para sus autores Conan Doyle mantiene una firme creencia en las ventajas de la modernidad tecnológica y si bien la base es la deducción no despreciaría ningún instrumento que le proporcionen las Tecnologías de la información y el conocimiento.
Pero el gran atractivo de Sherlock está basado en que la idea clásica de un policial y de una serie de relatos. De cualquier manera aunque toca de refilón los temas políticos y sociales la serie Sherlock se contruye narrativamente como una serie de aventuras, casi un policial clásico con numerosos guiños a otros productos. En este plano se aleja de la concepción prevaleciente del policial donde lo social y lo político están presentes (el policial sueco) y se convierte en una relectura de la novela clásica donde lo que importa es la acción. Y la serie tiene mucha acción.
Hay muchas herencias multiples y cruzadas en Sherlock, hay mucho del Dr. House, tanto como lo hay en esa serie de las obras de Conan Doyle. El personaje de House vive en el 221B, comparte sus adcciones a las drogas, pero fundamentalmente mantiene una correspondencia de humor acido y ego similar a Sherlock.
Porque Sherlock es casi humanamente desagradable, su desapego al dolor del otro, al que solo ve como un elemento de ejercicio de su inteligencia es una de las características que hacen que nos caiga mal, pero que se transforme en adorable. En uno de los capitulos rehenes son sometidos por su archirival Moriarty y obligados usar un corset de bombas que al explotar matan no solo a él sino a todo lo que se ponga delante. (Una especie de guiño ya que estamos al gusto nuevo de espectadores a películas como El juego del Miedo) Sherlock desprecia el miedo del otro y solo le preocupa resolver los misterios, cumplir con su inteligencia, alejar el aburrimiento.
Quizás esta sea una de las claves de esta serie. En definitiva hay una lucha pura entre el bien y el mal, todas las acciones de los hombres tienen que ver con esa dualidad. Esto aleja la "vulgaridad" del que mata por una codicia, por una idea. Aún cuando detrás se dé un telón de otros intereses, lo que importa es ese primitivismo, esa ingenuidad que nos devuelve a la vieja aventura, a los libros de la colección Robin Hood.
Otras cosas que siguen invariable es la descalificación de la policía, que siempre llega tarde y mal, una desconfianza que para el viejo Conan Doyle quizás sea su herencia liberal, y que traducida a los tiempos que corren está presente en cuanto a su ineptitud en la opinión pública. Solo Lestrade es respetado por Sherlock, pero aún así sigue siendo un policía abúlico en tensión entre lo administrativo y las ganas de resolver un caso.
Conan Doyle inventó el personaje en 1887 se cree que a imagen de un compañero de estudios que llegó a integrar Scotland Yard. Desde entonces el personaje fue el protagonista de cuatro novelas y casi ochenta relatos. Decidido a hacerlo desaparecer, el personaje de Sherlock muere pero la presión de los lectores lo obliga a revivirlo.
Sus obras se tradujeron a varios idiomas y concitó la admiración de escritores, como el propio Jorge Luis Borges que le dedica un poema.
No salió de una madre ni supo de mayores.
Idéntico es el caso de Adán y de Quijano.
Está hecho de azar. Inmediato o cercano
lo rigen los vaivenes de variables lectores. [...]
Pensar de tarde en tarde en Sherlock Holmes es una de las buenas costumbres que nos quedan. La muerte y la siesta son otras. También es nuestra suerte convalecer en un jardín o mirar la luna
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Sus adaptaciones y recreaciones son innumerables Basil Rathbone y Peter Cushing son probablemente las referencias más clásicas, Robert Downey hizo dos veces de Holmes en peliculas de Guy Ritchie, pero no llega a los talones de Benedict Cumberbatch en esta adaptación de la BBC. En el rol de Watson lo acompañó Martin Freeman. Solo seis capítulos divididos en dos temporadas emitidos por la televisión inglesa entre 2010 y 2011 alcanzaron para resolver un misterio muy correctamente: ¿Qué pasaría con Sherlock Holmes en el Londres Actual?

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