12.6.09

Sobre la baja de Dias de mayo responde el director Gustavo Postitglione


El negocio de la distribución de cine es tan complicado y está lleno de personajes a los que no les interesa en lo más mínimo proyectar cine argentino. El hecho de conseguir las salas ya de por sí fue un gran problema, porque hubo que lidiar primero con el distribuidor (Primer Plano) y su incapacidad de negociar con los cines. Después el hecho de que las cadenas de exhibición -si bien tienen que cumplir la cuota de pantalla establecida por el INCAA- están incurriendo en faltas que deberían ser en un futuro penadas con multas o clausura de salas. Y por último lidiar también con el Gerente de Fiscalización del INCAA que en lugar de trabajar para el Instituto (que otorga los créditos y los subsidios a las películas argentinas) pareciera que labura para las cadenas de exhibición. Su función es controlar y fiscalizar que las salas les otorguen los espacios a los films nacionales e intimar a los exhibidores cuando están en falta, pero poco de esto hace. De todas maneras y por cada uno de estos inconvenientes llegamos a estrenar en menos salas de las que estaban previstas y a su vez en algunas sin tener la vuelta completa de horarios (ej. en el Unicenter la última función era a las 17 hs). El distribuidor en esto fue un fracaso, si tenemos en cuenta que el Arte Cinema de Buenos Aires y el Gaumont del INCAA los conseguimos por gestiones personales mías. Podemos agregar que en Rosario los cines la estrenaron porque la película se filmó aquí, sino hubiera sido impensable. Con lo que tenemos que el distribuidor apenas consiguió dos salas (el Village Recoleta, en donde las películas argentinas no funcionan, y el Unicenter, que ya expliqué los buenos horarios de proyección). Con todo esto en contra salimos al ruedo y justamente en el Gaumont y en los cines de Rosario (las únicas 3 salas con posibilidades reales de convocar espectadores) “Días de Mayo” hizo una buena performance en las primeras semanas, superando la media. Hasta que llegando a la segunda semana al distribuidor se le ocurre mandar la película al Village de Rosario y divide el público de los complejos, sumando más gente pero perdiendo la media en los dos cines en lugar de sumarlos en uno solo y seguir permaneciendo. Mientras que el dueño del Monumental quiere sacar la película para poner a “Terminador” pero le fuimos con los números y no podía porque habíamos superado la media y si quitaba la película de cartel entraba en infracción con la reglamentación. Esta última semana, a pesar de que la gente que fue a verla nos comentó que el cine Monumental siempre estaba con gente en las funciones nos sorprendieron los números de la taquilla porque no correspondían a nuestras previsiones, pero como no mandamos a nadie a fiscalizar la sala no podemos decir nada y solo aventurar hipótesis que pueden ser tan ciertas como falsas. Lo que pasa es que cuando alguien se quema con leche ve una vaca y llora. ¿Por qué digo esto? Tenemos muchos casos comprobados (fundamentalmente en Buenos Aires) de salas, exhibidores, complejos que boicotean sistemáticamente las películas argentinas, diciéndole al público que no hay más entradas (cuando en realidad las hay) o comentándoles que la película no es buena (sí, aunque usted no lo crea) o hasta dejar grabado en el contestador automático del cine (ese que te dice los horarios) que la película tiene una pequeña raya en uno de los rollos. Pero no bajaremos los brazos y la película se seguirá proyectando donde sea y donde podamos, todavía le queda bastante camino por recorrer.

Gustavo Postiglione

Fuente Cineastas Rosarinos

1 comentario:

Dolores dijo...

No la vi, pero vere de hacerme eco e ir, este tipo de pelis hay que verlas si o si, son nuestras y vale siempre la pena.Fuerza muchachos